NACER NO CUESTA DINERO

Hasta cuentan las cronicas, que hubo un país (España) que a las madres que se molestaban en parir, en traer un nuevo españolito al mundo (al viejo mundo) las altas autoridades, las recompensaban con un premio en metalico de dos mil quinientos Euros (de los de antes) así fue que la parcela de estadistica, fue subiendo y subiendo, hasta llegar a registrar (según se decía) un paro de cinco millones de españolitos de a píe.

Viendo las altas autoridades que se les estaba llenando mucho la olla y no sabiendo que hacer con tanto españolito sin trabajo, decidieron con muy buen criterio crear lo que luego llamaron (la gran crisis.) Aquí te quitamos el piso, luego te dejamos sin trabajo, las ayudas, está visto que no sirven de nada...Y total para cuatrocientos ventiseis Euros de nada...

Bueno señor altas autoridades, todo eso ya lo sabemos. Pero como lo vá a solucinar usted, o lo dejará para que tenga algo que hacer don Rubalcaba...Según se decía antes...!Te vuelves y te la cla...! ¿nunca ha tenido esa sensación? yo creo que no, usted tiene tan poco calor en la sesera, que cuando se la estaba clavan...Usted pensaba que don Rajoy, era quien pensaba en usted.

Como son vacaciones, no creo que nadie se pare a leer estas chorradas, que a parte de no llevar a ningún sitio, siempre pueden dar algo que pensar sobre la marcha de este pobre y querido país. Si usted, es de los que piensan que por un poco más, valía la pena tener a alguien que se preocupara mejor de nosotros, no le va a hacer falta pedirlo, don altas autoridades, antes de dejar su poltrona a don Rubalcaba, va ha hacer una fundación, con el sólo fin de que su memoria reluzca un poco y será: FUNDACIÓN ALTAS AUTORIDADES, para el estudio del bien gobernar un País. Los españolitos de a pié, siempre nos acordaremos de él pues si bien no supo gobernarnos, ni él ni ninguno de los que eran ( ni ellos ni la oposición) hoy honramos su recuerdo, por haber sido el primero en alumbrar un destino justo y digno para el país. Nacer no cuesta dinero. Por Dios, por La Patría y el Rey.
Balfrido Erades