De qué me sirve llorar, si al otro lado no hay nadie. Cuando alguien tiene un problema (o cree tenerlo.) abre su corazón a la persona más cercana, pensando, que puede ser solidaria con él, pero se encuentra con la triste realidad, que otro problema (quizás más grande) está ocupando el alma y el cerebro de la otra persona.
Cuentame... cuentame amigo, ese problema que tanto te preocupa, quizás yo te pueda ayudar, (o al menos, trataré de reconfortarte,) quizás, tenga alguna solución y entre los dos la encontremos. Te voy a ayudar, verás como lo logramos, lo tuyo, tiene solución. Despues, tendré tiempo de pensar en lo mío y me daré cuenta que sólo es egoismo, si pensara un poco más en los demás, mí problema, no sería problema. Anda vamos a tomar una cerveza, a esa te invito yo.
Mientras pienso en tú problema, el mío ha desaparecido, no era tan importante como yo creía, el tiempo, se me hace corto al hablar con mí amigo y ver la felicidad que le queda, despues de que su problema, se haya resuelto, salimos del bar y él se marcha contento despues de darme un abrazo. !Gracias, me has ayudado mucho.! sigo sólo camino de casa y de nuevo me invade la pena, a quien le puedo contar, el problema que tengo, QUE ME DÁ GANAS DE LLORAR.
Balfrido Erades
domingo, 26 de junio de 2011
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