Y se quedan tan panchos. Yo a veces hablo con algún amigo (o enemigo) y les oigo decir como la cosa más normal del mundo, que cuando salgamos de esta crisis…Y no es que yo sea muy listo (más bien al contrario) pero me acuerdo de cuando nuestro bien amado Zapatero, no se enteraba de la crisis que nos roía las suelas de los zapatos.Y si con lo que estaba cayendo, no encontró trabajo en su oficio, bien hizo empezando a llamarse ZP. Al igual que el señor Don Pedro negó tres veces a su amigo y maestro Don Jesús, el Señor Zapatero aun sigue negando la crisis y así nos luce el pelo. Pero aquella noche que nos acostamos tan tarde y no sé lo que celebrábamos, mi cuerpo no era capaz de aclimatarse a que aquel Señor tan amable y tan risueño, también negara a la susodicha y al levantarme para tomar un poco de bicarbonato (del genérico) para poder tragarme la crisis, se me apareció una luz en las alturas y cayendo de rodillas oré. Oré poco, porque me di cuenta de lo que se nos venía encima y saltando de costado, sólo me dio tiempo de musitar una oración “la leche” la luz de las alturas se abrió a todo abrir y un segundo antes de que Iberdrola le cortara el suministro a la nación por falta de pago en su flas me dijo la efímera luz, esto no es una crisis, ¡esto es una quiebra encubierta! Y cuando quise saltar del barco, el agua ya me llegaba por encima de los c…odos. El barco, por supuesto que se hundió y yo con él.
Y no es que yo critique a nadie, porque eso puede pasar hasta en las mejores familias y aquellos pobres políticos que lucharon a brazo partido para salvarnos del desastre de la crisis, hoy vuelven a luchar a brazo entero, para sacarnos del limbo donde nos han aparcado y de donde nos quieren sacar. Perdone que yo no quiera salir Don político, pero no me fio de ninguno de ustedes, no me fio porque son todos unos tahúres y luego nos hacen trampas, el que quiera que les vote, yo lo único que haría sería botarlos, pero como luego sus secuaces no me dejan, pues…ajo y agua.
Aquella vez que no tuve más remedio que votarles (era en tiempos de aquel Don Francisco nosequé) que Dios tenga en su seno en El Escorial (que allí a mí no me molesta) pero si les molesta a otros…En fin Señores administradores de nuestras crisis y otras miserias, crean que aunque les comprendo, no comparto sus intenciones, si se quieren hacer ricos, trabajen. En el trabajo está la virtud y en los trajes de alpaca y los banquetes obligatorios, lo único que se encuentra, es miseria y pobreza de mente. Trabajen y no quieran hacerse ricos con el sudor de los demás, que aunque parezcamos tontos, lo cierto es que lo somos, si no, ¿de qué les íbamos a aguantar? Adios.
Balfrido Erades
miércoles, 2 de noviembre de 2011
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