La culpa la tuvo el viento
de que el barquito se hundiera
pero se hundió el barquito
entrando por la escollera.
Madre. No culpe al viento
de que su hijo muriera.
era Dios que lo quería
en su fiesta marinera.
Los hombres vieron zozobrar
el barquito de madera.
La madre lloraba al hijo.
Y una niña casadera,
mira llorando su dedo
donde un anillo le espera.
Cuanto dolor cuanta pena
que has dejado en esa aldea.
Cuando pasados los años
la niña que era casadera,
hoy ya madre de tres hijos
se acerca hasta la escollera.
Vé llorar a una anciana
y siente pena de ella
¿por que lloras abuelita?
le pregunta con presteza.
Lloro a sólas mi dolor,
lloro a sólas mi tristeza
y el viento seca mi llanto
para no sentir mi pena.
porque yo le entregué a mi hijo
y él se llevó a mi nuera
B. Erades
jueves, 25 de febrero de 2010
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