Perdoneme usted la prisa
no puedo con la estulticia
de la gente con codicia
pues luego me da la risa.
Volveré después de misa
y le digo con justicia
que no tengo la avaricia
de ponerme esa camisa.
Que los poetas me aburren,
que estos no son poetas,
que van buscando pesetas.
que si encuentran la ocasión
de salir en los papeles,
a cualquiera le son fieles.
Y darán su recital.
Y todos saldrán contentos
del estrambote y soneto.
les saluda como siempre,
lanzándoles esta flor,
su compañero y también
su seguro servidor.
B. Erades
lunes, 26 de abril de 2010
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