Cuando por las noches vienes
embozada para verme,
mi alma no vela, duerme.
Te espero, no se que tienes
que ante mí te detienes.
Quieres doblegar mí sino,
pero ese no es mi destino
cuando por las noches vienes.
Y te cuento mil historias
de amores y de celos.
Te leo requisitorias,
siempre me libro por pelos.
Una noche que dormías,
siempre esperando por mí,
esa noche te cubrí
muerte con tus siete velos
B. Erades
viernes, 9 de abril de 2010
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