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viernes, 11 de junio de 2010

LA DEMOCRACIA Y YO

Cuentan, (aunque yo, no me lo creo.) que existía un país, donde había Democracia. Que un buen día, se juntaron entre todos y decidieron que había que hacerlo.
Reunieron de una parte, a los políticos de la oposición, de otra, a los sindicalistas, (a los más representativos) y de otra parte, el gobierno en pleno.
Pasaron mucho tiempo reunidos, pero no había forma humana de ponerlos de acuerdo.
Los sindicatos (que eran muchos y los ayudaba el gobierno) pedían para los trabajadores, más ayudas para los parados y mejores condiciones para los pocos que aún quedaban en activo. También pedían, que el despido, fuera de veinte meses por año trabajado, hasta un máximo de treinta años, en los que automáticamente, además del despido, pasarían a cobrar, el máximo de jubilación. (Por supuesto, con cargo a las empresas).
La patronal, lo único que pretendía, era que los sueldos, los pusiera, la patronal. Y que el despido, fuera libre y sin ningún tipo de indemnización, pues lo prudente, es que a la empresa, no se le sobrecargue, con cargas que luego, puedan repercutir, en la creación de nuevo empleo. Por supuesto, nada de contratos sin límite de fecha. Como máximo, tres meses renovables, por otro periodo igual. Dejarán de existir los Juzgados de lo Social y en caso de desavenencia, se estará a lo que dicte una junta de arbitraje, compuesta, por los tres empresarios, más representativos de la ciudad. Siendo su laudo, de obligado cumplimiento.
El gobierno, propuso, que para la buena marcha del país, se deberían bajar los sueldos y se debería obligar a trabajar a los funcionarios. (A los que cada tres años, se les revisaría el sueldo a la baja y se les exigiría, que hiciesen un curso de reciclaje en el puesto). Por supuesto, a las clases altas de la Administración, también se les obligaría a cambiar el modelo de coche oficial, por otros de igual o mayor categoría. Eso sí. Que contaminasen menos. A partir de la promulgación y sin excepción ninguna, a todos se les bajará el sueldo y tendrán que bajar a cobrar a la planta baja de sus respectivos trabajos (si bien, podrán mandar a cobrar a sus secretarias, siempre que su trabajo, no se lo permita hacer a ellos en persona).
Los de la oposición, acordaron, que estando de acuerdo con todo lo que los demás, habían acordado, no podían estar de acuerdo con nada, por ser oposición, pero que si los demás estaban de acuerdo, en concederles la presidencia y que tres de sus miembros o miembras, asuman la representación, sin que nadie pueda dejar de estar de acuerdo con la misma. Se lo pensarían.
Tras mucho tiempo de deliberaciones, de reuniones hasta altas horas de la madrugada, de llamarse de todo menos guapos, de cobrar pluses y plusvalías, llegaron a la conclusión, de que lo mejor para todos, es dejar que todo siga igual, para que todo cambie. Dicho lo cual, después de cobrar todo lo atrasado durante estas extraordinarias actuaciones, se fueron a ver a sus esposos y esposas, que por S.M.S. ya les estaban tocando…el teléfono.
Como la cosa, no podía quedar así, quedaron en reunirse en San Andrés de Teixido, para consultar al tío Xano, de quien decían que era sabio, más por viejo, que por diablo. Y de paso celebrar las jornadas de convivencia, junto con los percebes, el Albariño y los ramitos de romero de la tierra.
El tío Xano, después de meditar sobre la cuestión. Vino a dar esta solución; si queréis que el país funcione, pensad si me dejaríais que yo os operara del corazón. La respuesta fue masiva “NO” iríamos a un buen cirujano cardiólogo. ¿Pues si no queréis que os opere sólo porque soy analfabeto? ¿Cómo queréis dar el mando de esta Nación a quienes son más analfabetos que yo? cread una carrera, donde se estudie toda la problemática de un Pueblo. Donde cada estudiante, pueda ser responsable hasta donde sus estudios se lo permitan. Enseñad que “para que no aleguen ignorancia” si tocan lo que no es suyo, ni ellos, ni sus familias, lo podrán disfrutar. Que si se ensucian las manos, en este país, sólo podrán vivir en La Cárcel.
Cuando tengan que tomar una decisión entre todos. Se tendrán que encerrar a solas, durante un plazo no superior a cuarenta y ocho horas. Que si en el plazo de las mismas, no encuentran solución, tendrán que dejar sus puestos y sin ningún derecho, cesaran para siempre. Por supuesto, SIN SUELDO.
Y para terminar, otra cosa. Debido a los últimos acontecimientos de los barcos y del petróleo, dejad en paz a los percebes, que os pueden producir picores. En cambio, la tortilla, está de muerte.
Hablando de muertes, al día siguiente, leí la esquela mortuoria que decía: hoy ha muerto el Tío Xano. Descanse con alegría.
Balfrido Erades

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