Ayer, a cuatro de marzo del año dos mil diez,
me enteré de una historia, que ahora les contaré.
Era un artista argentino. No me lo puedo creer,
que se vino de Argentina, entrando ya en la vejez.
Y pensaba que (ignominia y también que insensatez)
que podría vender cuadros, cuadro que pintaba él.
Y se marchó a Benidorm, que verguenza que falacia.
Esto es una Democracia, ¿que se habrá creido él?
Aquí, hay que pagar el IVA y también, la ocupación,
los módulos,también se pagan, que hace falta "pasta"
a montón... y a mogollón...y entonces, llegó el guardia,
que con porra y pistolón. Se dirigió a nuestro artista.
Y casi sin respiración, le exigió los papeles, los permisos,
que sé yo...Y como no los tenía, sin sus cuadros se quedó.
!Marchesé usted buen hombre...y no me sea faltón!,
que los diez cuadros que trae, !esos me los quedo yo!
Ya se los devolveré, despues que pague la multa,
sólo mil doscientos Euros, le pondré en esta ocasión.
Se marchó el hombre llorando, también con resignación,
que mientras tenga sus manos y tambien su ilusión,
No existirá Democracia, guardia, ni gobernador,
que a este pobre artista, puedan robar su trabajo,
su pintura que es su sueño, es su trabajo y su amor
B. Erades
miércoles, 10 de marzo de 2010
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