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jueves, 26 de agosto de 2010

BUENAS NOCHES, DON ORLANDO

Al parecer llegó usted, cruzando el ancho mar. Vino a traer a Alicante, lo que no le pudo dar. Vino a traer su arte de poeta y de artista. Según usted, en las salas del ateneo, a las que no entra nadie y en las que sólo el silencio se escucha, no fue usted capaz de hacerse oír, según usted dice en el periódico, los socios, no hacen ruido, ni cuando se celebran reuniones. Sólo porque no asisten. Qué pena DON ORLANDO ¿tan poca gente acudió a su reunión poética? Le comunico, que esa misma tarde, estuve en las salas de exposiciones y conté sesenta y ocho visitas, aunque también es cierto, que sus cuadros colgados, no fueron de los más contemplados, aunque cabe pensar que esa tarde, la gente, o no era muy entendida en su arte o prefirió mirar otras cosas. Al parecer, no ha sido suficiente, el cariño, con que doña Maribel Berná Box, presidenta del ateneo, recibió a usted y a su en esos momentos pareja. Quizás en otros círculos, las viandas con las que se recibe a los visitantes en las inauguraciones, son más de su gusto y las bebidas tienen más grado y son más de su agrado. No me extiendo más, no vale la pena. Cuando te tienden la mano y la muerdes, ¿Qué se puede esperar? Usted llegó hasta nosotros. Nosotros, le recibimos, usted nos despreció. ESTÁ USTED EN SU DERECHO. Sólo se puede decir, BUENAS NOCHES DON ORLANDO. QUE USTED LA DUERMA BIEN.
Balfrido Erades Durá